Un tratamiento especial llamado Ca EDTA o terapia de quelación ha sido tema de conversación durante los últimos años. Pero, ¿qué es exactamente y cómo puede beneficiar a nuestros cuerpos? ¡Descubrámoslo!
La terapia de quelación con Ca EDTA es un tipo de tratamiento muy necesario pero esquivo que sirve para eliminar estos metales peligrosos de nuestro cuerpo. Eso es importante porque esos metales pueden acumularse y causar enfermedades. Con la ayuda de la terapia de quelación con Ca EDTA, podemos eliminar estos metales de nuestro sistema y mantenernos sanos.
Podrías estar preguntándote, ¿cómo funciona la terapia de quelación con Ca EDTA? ¡Pues claramente es porque tenemos un súper héroe dentro de nosotros! El Ca EDTA es un agente quelante que se une a los metales tóxicos, permitiendo eliminarlos. El proceso es similar a un imán que atrae pedazos de metal. Nuestros cuerpos pueden deshacerse de estos malos metales usando la terapia de quelación con Ca EDTA, y vivir sanos y fuertes.
Nuestros corazones son los motores de nuestros cuerpos. A veces, nuestros corazones pueden obstruirse por la placa, una especie de suciedad que bloquea una tubería. La terapia de quelación con EDTA Ca puede eliminar esta placa y también mantener nuestro corazón saludable. ¡Es como darle a nuestro corazón una estupenda limpieza de coche, pero por dentro!
La acumulación de placa en nuestras arterias puede ser un gran problema. Puede dificultar que nuestra sangre circule con facilidad, e incluso puede provocarnos ataques al corazón. Con la terapia de quelación con Ca EDTA, podemos ayudar a eliminar esta placa y mantener nuestras arterias limpias. Esto es crucial para mantener nuestros cuerpos sanos y nuestros corazones latiendo fuertes.
El tratamiento con quelación de Ca EDTA puede ser beneficioso, y también es importante darse cuenta de que pueden haber algunos efectos secundarios y peligros. El tratamiento podría hacer que algunas personas sientan mareos o fatiga, o en algunos casos, dolores de cabeza o dolor leve. Siempre es una buena idea hablar con un adulto, como un médico o enfermera, antes de intentar un nuevo tratamiento, solo para asegurarse de que es seguro para nosotros.